Jay Enoch, optómetra, investiga el descubrimiento del ojo dorado en Shahr-i-Sokhta (Irán)
"Daría todo por ver lo que vio el ojo dorado hace 3.000 años"
LLUÍS AMIGUET - 23/08/2008
Tengo 79 años y soy el más longevo enfermo de cáncer de páncreas de California. Soy de Nueva York: allí es mejor tener los ojos bien abiertos. Me hice óptico fascinado por mis propias gafas. Investigo para Harvard el ojo dorado, la prótesis ocular más antigua de la historia
El ojo dorado de la ciudad quemada de Sistán tiene tres mil años según la prueba del carbono: es la más antigua prótesis ocular de la historia de la humanidad.
¿De qué está hecho?
De una resina vegetal desconocida combinada con grasas animales y, en su día, estuvo recubierto de oro.
¿Dónde se encontró?
En la cavidad ocular de un cráneo de mujer de rasgos africanos y espectaculares dimensiones, una señora que midió casi dos metros, mucho más alta que los otros restos humanos encontrados, y murió a los treinta años. El cráneo con el ojo dorado apareció en las excavaciones de Shahr-i-Sokhta (ciudad quemada, en farsi), apodada así por los arqueólogos que observaron numerosos incendios en sus estratos. Desconocemos su nombre o sucesivos nombres anteriores.
¿Quién la descubrió?
Un equipo de arqueólogos italianos e iraníes dirigidos por Mansur Sajjadi y Lorenzo Costantini, que en el otoño del 2006 trabajaban en esas excavaciones del desierto de Sistán en Irán, muy cerca de la frontera este con Afganistán y Pakistán, y encontraron el ojo dorado.
¿Por qué investiga el hallazgo?
Por encargo de la Sociedad de Historia de la Visión de la Universidad de Harvard. Y, desde luego, porque personalmente lo encuentro fascinante. Hace tres años que no dejo de darle vueltas.
¿Para qué sirvió el ojo?
En principio, los arqueólogos pensaron que podía tratarse simplemente de un objeto de culto o una alegoría sobre las dotes de adivina de una sacerdotisa o un objeto votivo, pero al analizar el cráneo hemos apreciado que muestra señales de la frotación del ojo artificial en la cavidad ocular, así que ¡El ojo dorado de Sistán funcionó efectivamente como una singular prótesis!
¿La más antigua de la historia?
Efectivamente. La historiadora de las prótesis oculares Elisabeth King de la Universidad de Virginia así lo ha certificado. Los griegos ya fabricaron en el siglo III a. C. ojos de vidrio, pero no tenían la excelente factura de este ojo dorado iraní.
¿Servía para algo más que como mera prótesis ocular?
Suponemos que simbolizaba los poderes de sacerdotisa de su poseedora. Es fácil inferir que, para una adivina o pitonisa, el ojo simbolizaba toda su capacidad de ver el pasado y tal vez el futuro.
¿Qué ha apreciado en el ojo dorado?
En la superficie del ojo se pueden apreciar incisiones que tratan de imitar los rayos solares, divididas por ángulos de 45 grados, que también revelan cierto conocimiento de la anatomía ocular. Esas incisiones se recubrieron de oro en su día ya que todavía se aprecian restos del metal.
¿Cómo se sujetaba?
Tiene dos orificios que servían para colocar algún soporte que ejercía tracción sobre la cuenca ocular para sujetar el ojo dorado.
¿No han averiguado algo más?
Más allá de lo dicho, empiezan las suposiciones y las preguntas que para mí serían sobre todo sobre la poseedora de esta espléndida prótesis: su mandíbula es gigantesca y sus dimensiones la harían sobresalir espectacularmente durante su vida sobre las pequeñas dimensiones de los demás habitantes de la Ciudad Quemada. ¿Quién era, de dónde llegó y por qué?
¿Han encontrado más útiles ópticos?
Un espejo de metal, pero, desde luego, no tiene la misma trascendencia. Sin embargo, fíjese aquí en estos espectaculares dibujos también de Shahr-i-Sokhta...
Son como una tira animada.
Creo que son uno de los ejemplos de animación más antiguos que se conocen. Supongo que no guardan relación con el ojo, pero como historiador de la visión también han despertado mi curiosidad.
¿Por qué le interesan estas cosas?
Soy catedrático de Optometría y decano emérito de la facultad de Óptica de la Universidad de Berkeley (California). Me empecé a interesar por la óptica cuando me llevaban al oculista en Nueva York y la curiosidad se transformó en mi profesión y ahora es mi obsesión. También soy doctor honoris causa por la Universitat Politècnica de Catalunya.
Me han dicho que es usted una autoridad mundial en óptica.
Es más notable mi resistencia al cáncer de páncreas: soy el enfermo que más años lleva sobreviviendo a la enfermedad en todo el estado de California. Lo que intento hacer es devolver parte de los inmensos favores y dones que he recibido en esta vida.
¿Cómo?
He fundado seis escuelas de óptica en India y trato de colaborar con jóvenes investigadores, por cierto tienen ustedes aquí en el Centro Universitario de la Visión de Terrassa un enorme potencial.
¿Qué es lo más prometedor que ofrece la óptica moderna?
Me interesan la óptica deductiva, por cierto con grandes especialistas en el CSIC y Murcia, y los límites de la corrección óptica.
¿En qué sentido?
Tal vez la bioevolución haga que nuestros ojos requieran de pequeñas imperfecciones para funcionar bien. La hipercorrección puede ser contraproducente y es apasionante explicar cómo.
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